¡Phil es mi última esperanza! |
Mi historia con el entrenamiento físico ha sido larga y llena de altibajos literalmente hablando, porque he bajado peso, he subido peso súbitamente, he bajado aún más peso, me he mantenido, he subido peso, he bajado peso y así. Todo esto gracias al desconocimiento, los diferentes entrenadores que he tenido durante los años y un colón irritable que no ayuda en nada.
Sin embargo, a pesar de que empecé con el entrenamiento físico por motivos de salud, ya que el ejercicio ayuda mucho a mantener la mente clara, organizar las ideas y, además, nos hace felices al producir endorfinas. En los últimos par de años también lo he estado haciendo de forma estética, porque quiero ponerme bien buenote.
Toda la vida siempre he sido el joven flaco, pseudointelectual y filosófico que encaja perfectamente en el estereotipo
Aunque este año, gracias a todo lo que he aprendido de los errores y aciertos del pasado, me siento muy bien encaminado y, poco a poco, estoy empezando a notar un progreso lento y estable que me está agradando mucho, así que estoy bastante motivado a seguir entrenando y cumplir esta meta.
Lo que me pone un poco ansioso, porque me hace recordar una vivencia que me sucedió el otro día en el gimnasio, mientras entrenaba pecho en la banca con la barra cargada con 4 discos pequeños de 5 Kgs c/u a cada lado, cuando un hombre todo musculoso y grandote llegó y me preguntó si me faltaba mucho para terminar, porque él también iba a usar la barra pero con "mucho" más peso.
Yo ya estaba terminando, así que hice mi última serie y le cedí la banca. Descargando la barra y dejándola libre para que él le metiera los cien o doscientos kilos que imaginé que le metería. Sin embargo, el tipo me dejó boquiabierto cuando solo cargo la barra con un disco grande de 20 Kgs a cada lado.
"Bueno, va a empezar con poco peso para calentar" me dije, pero no. El hombre hizo sus 3 series de repeticiones con el mismo peso. Que era el mismo peso que yo estaba alzando solo que en 4 discos pequeños.
Y me dejó preguntándome: ¿Será que no sabe sumar? ¿Será que la propiedad conmutativa no aplica para el gimnasio como lo hace en las matemáticas? ¿Será por eso que no estoy buenote?.
Después de sacudirme esas preguntas estúpidas de al cabeza, me dí cuenta que solo había tenido un encuentro cercano del segundo tipo con el estereotipo del hombre musculoso sin cerebro.
Lo que me hace cuestionar si algún día (que espero no sea muy lejano) cuando cumpla mi meta de ponerme bien papito, los músculos se comerán mi cerebro y me volveré estúpido, al saltar de un estereotipo al otro.
Pero eso me tocará descubrirlo por mí mismo cuando ocurra, así que vamos a ver que pasa...
Un beso 😘
Sir Helder Amos
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